La pintura de los aviones. ¿Afecta al vuelo?

Colores, imágenes, logos… las compañías aéreas mezclan combinaciones extravagantes o minimalistas para darle mayor personalidad o simplemente para hacer más corporativas sus aeronaves. Pero, ¿esto afecta en el momento del vuelo?

Cuanto menor peso, mayor eficiencia de vuelo

Mantener en vuelo un objeto más pesado que el aire implica que a mayor peso mayor dificultad y gasto energético. Por este motivo, lograr aligerar un avión es una de las fijaciones del sector del transporte aéreo. Cuanto menos peso lleve la aeronave menos combustible consumirá. Por este motivo los equipajes son pesados a la hora de facturarlos, y muchas aerolíneas cobran pluses por cada kilo extra de equipaje. De hecho, si cogemos los asientos o cualquier parte del mobiliario de un avión y los comparamos con sus respectivas versiones más antiguas, observaremos que pesan al menos casi la mitad que antes.

Lo mismo ocurre con la pintura. Por ejemplo, para pintar el exterior de un Airbus A320 hace pocas décadas se necesitaban 250 kilos de pintura. En la actualidad, las técnicas de aplicación de la pintura y su propia composición han ido evolucionando para minimizar el peso añadido por este concepto que debe soportar el avión. De hecho, ahora para pintar un A320 tan solo se requieren unos 100 kilos de pintura.

¿Dónde se pintan los aviones?

Un avión tras ser fabricado se entrega cubierto con varias capas de imprimación de base, con unas gamas cromáticas poco atractivas que pueden oscilar entre los marrones y verdes, que tienen la doble función de proteger el metal de la superficie y mejorar la posterior adherencia de la pintura. Más adelante se aplicará la pintura final y los vinilos –en algunos casos- o se crean y logotipos que darán personalidad corporativa a la aeronave.  Solo la deriva vertical de la cola suele venir de fábrica con los colores y logo finales. Estos trabajos específicos de pintura se realizan en grandes hangares habilitados con los medios necesarios para aplicar la pintura a temperatura óptima y sin corrientes de aire, lo cual garantiza la calidad del acabado.

El proceso de dar color a un avión nuevo de fábrica se inicia con el lijando la superficie a fin de eliminar restos de suciedad o grasas adheridos. Ya con el fuselaje totalmente limpio se procede a dar color y vida al exterior del avión. En muchos casos tras la aplicación de color se incorporan capas de barnices transparentes que permiten mayor protección de los colores y contra agua o polvo.

Cuando se trata del repintado de un avión, a todas estas tareas hay que añadir el decapado de toda la aeronave, a fin de eliminar la pintura vieja a substituir.

¿Cuánto dura la pintura de un avión?

Con el paso del tiempo, la pintura del avión va perdiendo propiedades debido a que está expuesta a altos niveles de rayos UV (ultravioletas) y a los grandes cambios de temperatura -de +40 o 50ºC en algunas latitudes en verano, a -55ºC cuando se vuela a 11.000 metros de altura- que debe sufrir a diario.

Además, la limpieza, aplicación de productos químicos de descongelamientos o el mismo efecto de rozamiento del aire provoca el desgaste de la pintura. Por eso, se recomienda el repintado de la aeronave cada cinco u ocho años dependiendo de su estado. Para finalizar, una curiosidad económica: Pintar un avión de línea cuesta entre 40.000 y 160.000 euros, dependiendo del tamaño de la aeronave, y de los gustos más o menos artísticos del operador.




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